sábado, 1 de diciembre de 2012
Anfora convertida en lámpara
Hay días, en que lo divertido de estar en el taller, es para romper algo. Claro que luego, hay que tener mucha paciencia para volver a montar la pieza trozo a trozo. Como en este caso, cuando entró en el horno, era una imitación de un anfora aborigen de la isla de Fuerteventura. Ahora es como una pieza aborigen encontrada en cualquier cueva que el tiempo ha roto y hay que volver a montar para saber como era. Para terminar la diversión, la convierto en una lámpara de mesa.
Es imposible hacer dos iguales, y lo mejor que tiene esta es que es como si fueran dos lámpara, cada lado es totalmente distinto al otro y la imagen que da no tiene nada que ver la una con la otra.
Estamos segura, que alguien en poco tiempo podrá disfrutar de ella.
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