Primero fue un bernegal, pero como se rajó un poco en el horno, (el problema fue que no esperé el tiempo necesario de secado, a eso, se le llama precipitación), luego opte por colocar una toalla en el suelo, dejarlo caer y empezar a reconstruirlo como quien hace un puzzle. El efecto recuerda esas piezas antiguas, que en los museos reconstruyen para saber como eran. El resultado fue una maravillosa lámpara. Imposible de hacer dos iguales.
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